Fortificación de Harinas y Leches con Vitamina D3: ¿Por qué se convierte en política pública?

Autor: Macarena Ortiz Manrique

Líder Regional de Nutrición y Salud Granotec

Antecedentes

La deficiencia de micronutrientes o “hambre oculta” es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una deficiencia crónica de vitaminas y/o minerales, los cuales son componentes esenciales de una dieta de alta calidad. De este modo, y aunque sólo se necesitan en cantidades ínfimas, los micronutrientes son elementos esenciales para el buen funcionamiento del organismo [1].

Las deficiencias de micronutrientes en gran parte son el resultado de dietas inadecuadas; no obstante, resulta muy complejo corregir dichas deficiencias únicamente mediante el consumo de alimentos. Por ello, la OMS, la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recomiendan que la prevención de las deficiencias de micronutrientes debe basarse en la implementación de estrategias y/o programas de intervención fundamentados en la fortificación de alimentos y/o suplementación con micronutrientes, además de campañas de comunicación para incentivar el consumo de alimentos saludables [2].

La fortificación de los alimentos es una de las herramientas más costo – efectivas para combatir el déficit de micronutrientes; en este sentido, Chile cuenta con una vasta trayectoria, comenzando en los años 50 con la fortificación de la harina de trigo y, posteriormente con los Programas de Alimentación Complementaria (PNAC y PACAM), enfocados en población de riesgo [3].

Vitamina D

La vitamina D es una vitamina liposoluble muy importante para las personas ya que juega un rol fundamental en la mantención de la salud ósea, previniendo la aparición de raquitismo en niños, osteomalacia en adultos y disminuyendo el riesgo de fracturas. Adicionalmente, se ha asociado con otras enfermedades incluyendo patologías cardiovasculares, autoinmunes y algunos tipos de cáncer [4]. La principal fuente en humanos es la síntesis en la piel dependiente de la exposición solar. La cantidad de luz solar que se necesita para satisfacer los requerimientos de esta vitamina es difícil de estimar ya que depende de diversos factores como pigmentación de la piel, edad, latitud, estacionalidad u hora del día. Debido a que existen muy pocas fuentes naturales de vitamina D3 en los alimentos (principalmente pescados grasos), en la mayoría de las personas, la dieta no provee una cantidad suficiente de este micronutriente, por lo tanto, en muchas situaciones donde la exposición a luz solar es inadecuada, la suplementación es necesaria [5]. Un ejemplo muy claro y reciente de esto, es el confinamiento que vivimos hace un par de años debido a la pandemia por COVID-19; esta restricción afectó a muchas personas que redujeron sus horas de exposición a luz solar y consecuentemente, su síntesis cutánea de vitamina D.

¿Cuál es la situación de la población chilena?

La Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-17, indicó que el 47,3% de las mujeres en edad fértil presentaban deficiencia de vitamina D, mientras que, en el caso de los adultos mayores, esta cifra ascendía a un 59,5%. Más recientemente, un estudio realizado en Chile el año 2018, que evaluó a más de 1.000 niños de entre 4 y 14 años de la zona centro, sur y norte de nuestro país, concluyó que el 80,4% de los menores presentaron algún grado de deficiencia de vitamina D [6].

En consecuencia, se ha demostrado científicamente, que nuestra población más vulnerable, es decir, niños, mujeres en edad fértil y personas mayores, presentan déficit de vitamina D, lo cual lo convierte en un problema de salud pública debido a las repercusiones que puede tener en la salud de las personas.

¿Qué es lo que indica el MINSAL?

A partir de toda la evidencia recopilada durante los últimos años y las experiencias internacionales analizadas (Estados Unidos, Canadá y Finlandia), se decidió utilizar como vehículo de fortificación la harina de trigo debido a que sus subproductos (principalmente el pan), son consumidos por la población general y no hay consumo diferenciado por estrato socioeconómico, estacionalidad, sexo o edad. Así mismo, se decidió fortificar la leche y sus derivados, debido a su buen aporte de calcio (muy relevante para población pediátrica y personas mayores), y por su importancia y reconocimiento como un alimento saludable.

El 6 de julio de 2024 entrará en vigencia la nueva ley que indica lo siguiente:

  • La harina deberá ser fortificada con vitamina D3 (colecalciferol), en la cual deberá usarse preferentemente vitamina D3 vegetal. Cuando se utilice vitamina D3 animal, el producto necesariamente deberá comercializarse envasado de manera que se advierta al consumidor respecto al origen animal de la vitamina D empleada:
  • Harina de trigo: cantidad mínima de 2,25 µg/100g (podrá excederse hasta en 40%, llegando a 3,15 µg/100g).
  • Toda la leche líquida, después de haber sido sometida a los procesos térmicos necesarios, que sea usada como materia prima o para consumo directo, deberá ser fortificada con vitamina D3 (colecalciferol):
  • Leche líquida/fluida: dosis única de 1 µg/100ml (podrá excederse hasta un 40%, llegando a 1,4 µg/100ml).
  • Toda la leche en polvo, que sea usada como materia prima o para consumo directo, deberá ser fortificada con vitamina D3 (colecalciferol):
  • Leche en polvo: dosis única de 10 µg/100g (podrá excederse hasta un 40%, llegando a 14 µg/100g).

Sin duda, este es solo el primer paso para revertir el déficit de vitamina D en nuestra población, luego de que la ley entre en vigencia, se llevará a cabo el monitoreo en paralelo con la educación nutricional correspondiente. Cabe mencionar que este es un esfuerzo que involucra, tanto al estado, como a la academia y al sector privado y que permitirá avanzar en la dirección correcta.

Bibliografía

1. Guías para la fortificación de alimentos con micronutrientes. 2017, Organización Mundial de la Salud (OMS) Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

2. Subsecretaría de Salud Pública, Departamento de Nutrición y Alimentos, Estrategia nacional para la prevención y control de la malnutrición de micronutrientes en la población de Chile. 2021, Ministerio de Salud.

3. Rodríguez, L., Una nueva política pública estructural para Chile: Fortificación con Vitamina D. Andes Pediatr, 2022. 93(6): p. 791-793.

4. de la Guia-Galipienso F., et al., Vitamin D and cardiovascular health. Clin Nutr, 2021. 40(5): p. 2946-2957.

5. Carla Leiva, Arturo Borzutzky, Catalina Le Roy, Loreto Rojas, Deficiencia de vitamina D: propuesta de modelo chileno para una política nacional de fortificación alimentaria. 2020, Centro de Políticas Públicas, Pontificia Universidad Católica de Chile.

6. Perez-Bravo, F., et al., Vitamin D status and obesity in children from Chile. Eur J Clin Nutr, 2022. 76(6): p. 899-901.

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